miércoles, 14 de mayo de 2014

Aquel Bar

Sus piernas temblaban al compás de la canción que sonaba a la lejanía en aquel bar de la zona roja de la ciudad, al mismo tiempo que sus manos se apretaban contra su falda como si inútilmente tratará de estrangularla. Todo esto sucedía mientras la mirada fija de su acompañante poco a poco la poseía. Aquella joven mujer era sin duda de buen ver y poseía aquella característica muy atractiva para personas de la clase de su acompañante, timidez. Mientras que su acompañante de impecable imagen y de gran fluidez con el manejo de las palabras desprendía aquella neblina de seguridad que puede envolverte y que solo en cuestión de momentos puede dejarte sin respirar, sin duda era una escena típica en lugares así. Podríamos imaginarnos en la nevada tundra mirando al lobo dispuesto a cazar a su presa sin importar el costo que sus acciones podrían traerle y es que puede decirse que la ambición de la cacería era un impulso difícil de controlar para cualquier hombre como él.


Pero toda esta escena no era más que una simple apariencia en un mundo lleno hasta la saciedad de mentiras y engaños. Y es que aquella máscara de afamado cazador no era más que una sublime actuación, una de tantas máscaras de un personaje que detrás de ellas oculta una figura cobarde que constantemente busca la atención de las mujeres para sentirse “hombre”. Mientras que aquella mujer de apariencia frágil ocultaba una fuerza y seguridad que sin duda su contraparte envidiaría y pronto lo haría arrepentirse de haber creído que podría jugar con ella. Y todo esto ocurría en un bar de la zona roja de esta ciudad…

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